Guillermo Moreno se subió al ring y no lo baja nadie. Este líder “con cara de peronista”, como le gusta insinuar a él, que explica su visión de la economía como ningún otro en el peronismo; que proyecta una imagen de tipo activo y con cojones que, si se tiene que plantar, se planta, es para muchos (militantes y periodistas k) la figura del momento porque les alimenta el discurso con fundamentos de economía basados en sus convicciones y en la doctrina peronista, y en análisis macroeconómicos mediante los cuales enfrenta al Ministro de Economía Toto Caputo, al Presidente Milei y a todo lo que este nuevo Gobierno está haciendo en materia económica.
En sus participaciones como entrevistado (todos los productores de canales opositores al gobierno lo quieren) genera consignas cortas y entendibles, no se disgrega, -salvo con Kicillof- e enumera concretamente a los “enemigos”. Y en su ultra optimismo exagerado por la inevitable puesta en escena que cualquier dirigente necesita para ser un comunicador atractivo, aporta ironía diciendo que “no es necesario salir a la calle a protestar porque con la dirección que tomó Javier Milei y el gobierno, es papita para el loro en las próximas elecciones”. Asume riesgos al dar pronósticos de catástrofes al estilo Elisa Carrió, pero el hombre está confiado en su mirada y asegura que Argentina no tiene salida con el gobierno libertario. Minimiza los logros en materia de mercados, vaticina un verano de profunda crisis y, a veces irresponsablemente, deja entrever que Javier Milei durará poco como presidente y su mandato se verá interrumpido. “Cuando se deprima, se va”, dice, tribuneando con periodistas amigos.
Con todo eso, hoy Moreno lidera el peronismo y es el guionista del discurso anti Milei de ese sector de la oposición.
Quienes hemos trabajado en campañas políticas armando estrategias de posicionamiento, militancia de ideas, etc., sabemos que los periodistas que trabajan para tu causa, los Diputados Provinciales, los Concejales y la gente que sigue a tu partido, necesita que les bajen líneas claras de qué decir y cómo fundamentar de manera exitosa la oposición al Gobierno. Y esto es transversal a todos los partidos. Si hay un buen trabajo de comunicación externa e interna, la línea discursiva es una sola, y las ideas son claras.
En esta línea, los líderes ya no son los que movilizan gente a la calle, sino los que más convencen en las redes y los medios. Cuando Guillermo Moreno va a un programa de TV, y luego sus mejores momentos son recortados para clips en Twitter o Youtube, se puede observar que al instante muchos cibermilitantes, periodistas y dirigentes de terceras y cuartas líneas empiezan a tomar las definiciones de Moreno como “la palabra oficial de la oposición peronista”.
Pero Guillermo Moreno quiere ser el próximo candidato de un peronismo unido. Entonces, sin temblarle el pulso, arremete siempre y en todo momento contra Axel Kicillof, el hombre que, por haber conservado la Provincia de Buenos Aires, tiene más chances de ser el candidato a presidente que compita en 2027. Pero hoy Kicillof no tiene impacto discursivo (nunca fue su fuerte) en la militancia peronista y aunque nunca se defendió de las acusaciones de Moreno, quien lo hace responsable del comienzo del caos con la devaluación del 2014, parece que tampoco tiene muchas herramientas para hacerlo.
Por lo cual, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires enfrenta una grave crisis social y económica en su territorio, y una grave crisis política interna y de representación por la pérdida de liderazgo desde el punto de vista de la escasa influencia que tiene en las masas kirchneristas, y en la discusión económica con el gobierno de Milei. En conclusión, Kicillof no mueve el peronómetro, y Massa como figura K y Moreno como el líder discursivo de la reconstrucción del justicialismo, lo han encogido a la mínima expresión de un gobernador con caja para auxiliar a los exiliados del gobierno de Alberto, pero sin ascendencia en la planificación por la reconquista del poder. Y su futuro político parece cosa juzgada, con un retiro temprano y con un recorrido más que prolífico para su corta edad.
¿Moreno cabeza de lista de Diputados Nacionales en 2025?
Falta un tiempo inimaginable. Pero lo cierto es que en los medios, Milei tiene un adversario que lo quiere subir al ring.